martes, 29 de junio de 2010

El paso a nivel del Tiro de Límea

EL PASO A NIVEL DEL TIRO DE LÍNEA  ( I )

La primera vez que atravesé el paso a nivel del Tiro de Línea fue en el año 1949, pero yo no lo recuerdo. Evidente, apenas tenía diez meses de vida. Mi recuerdo más remoto de este paso a nivel lo sitúo en los años 1952 al 1954. Y eso si, la primera vez que pasé por él montado en un tren fue en el verano de 1954. Era en un viaje a Rota, donde íbamos a veranear por primera vez. El paso a nivel del Tiro de Línea formaba parte del Barrio y era la portada del mismo. Lo atravesabas y ya estabas en el Tiro. Si lo hacías en sentido contrario, salías del Tiro.
Ahora, cuando recuerdo esto veo la imagen de aquel paso a nivel. En principio lo recuerdo con cadenas, nada de barreras. Saliendo hacia el Parque y después de cruzar las dos vías, la de tránsito normal y otra que denominaba vía muerta e iba a la fábrica del gas y se terminaba allá por la exportadora (hoy sede de la Consejería de Agricultura y Pesca), había un pequeña fuente donde la gente cogía agua para beber, ya que en los primeros años de esta década la del grifo, cuando había, no era potable. de la fuente decían que si lo era. Por cierto, que la familia que vivía en la casa-guarda del paso a nivel, vendía el agua a domicilio. Recuerdo que llevaba un pequeño carro tirado por un burro o mulo, con un depósito tipo bidón, al que se le llamaba Pipa. Esta fuente desapareció poco después. Ya entonces el agua del grifo se podía beber. El  paso a nivel hasta su desaparición en el año 1992, sufrió algunas pequeñas transformaciones, pero nada notables. Quizás una de las mas importante fue cuando se instaló algo que creo recordar se llamaba Red TCT. Según decían lo habían traído los americanos y llegaron al mismo tiempo que las primeras maquinas Diésel tipo 218. Y formaban parte del tan nombrado Plan Marshall. La novedad en el paso a nivel, consistía en un mecanismo algo voluminoso y en el que sonaba una campanita cuando se aproximaba un tren. El artilugio aquel consistía en un poste de mediana altura y con una especia de caja metálica grande sujeta al mismo. Cuando sonaba la campanita el guarda abría una pequeña cajita adosada a la grande y allí había dos pilotos luminosos uno a izquierda y otro a derecha y en medio un botón rojo que pulsándolo silenciaba la campanita. Si el piloto encendido era el de la izquierda el tren próximo a pasar procedía de la Estación de San Bernardo. Si el iluminado era el de la derecha el tren procedía del lado de Cádiz. Campanita que recuerdo como en las madrugadas de invierno, oía desde mi casa, pese a que vivía a unos doscientos metros del paso a nivel. 
(Foto extraída de elporvenirdesevilla.blogspot.com)
Ahora recuerdo con nostalgia aquellas madrugadas de mi niñez y el sonido de la campanita, que por cierto no era para nada desagradable. Entonces los ruidos no molestaban, Porque primero era la campanita y luego el ruido del tren, que además hasta pasaba haciendo sonar el silbato, con un pitido imponente. Pero después se hacía de nuevo el silencio total. 
Aquí vemos una foto del paso a nivel del Tiro de Línea tomada desde la azotea de un edifico cercano. En primer lugar podemos distinguir la vía de tránsito y después la vía muerta, la foto puede estar tomada en la década de los sesenta o comienzos de los setenta. Actualmente la línea férrea a Cádiz sigue pasando por el mismo sitio, pero bajo tierra. En la actualidad lo que vemos en la foto como paso a nivel es un cruce de avenidas regulado por semáforos y con un tráfico diario muy denso. Este desapareció poco antes de 1992. Cuando la ciudad se transformó para la EXPO´92. 

domingo, 27 de junio de 2010

TFM Camila

El Tren Del Fin Del Mundo

E


El tren del fin del mundo parace un cuento infantil, pero es una auténtica realidad existente en Tierra del Fuego en Argentina

Minas de Riotinto -Ferrocarril Abandonado desde el tren turistico

La Topografía

Tengo previsto hacer un trabajo sobre el origen de la topografía, para ello tengo que recabar información de varios lugares y consultar diversa bibliografía. Si bien en internet se puede encontrar material abundante para el estudio. Solo que hay que tener cierta habilidad al escoger el material seleccionado de internet, ya que en este medio existe una gran disparidad de criterios.

miércoles, 16 de junio de 2010

domingo, 6 de junio de 2010

Cuando un amigo se va

En estos días me ha venido a la memoria la letra de una bonita canción –ahora la encuentro mas bonita que nunca-, que hace ya muchos años cantaba Alberto Cortes.
La letra dice asi:  
                               Cuando un amigo se va
                               Queda un espacio vacío
                               Que no puede llenar
                               La llegada de otro amigo
                               Queda un tizón encendido
                               Que no se puede apagar
                               Ni con las aguas de un río…

Y sigue la canción con una letra que eriza la piel.
¿Habré oído veces esta canción?, innumerables, es una canción de allá… de mis tiempos, de nuestros tiempos, de los tiempos del amigo que se fue. Y hasta hoy no me he dado cuanta de su letra, hasta hoy no la he cantado a solas, hasta hoy no la había repetido dos y tres veces.
Dice que “queda un espacio vacío”.
Es verdad, queda… algo así como una sensación extraña que no aciertas a comprender. Te das cuenta de que falta algo. Y aunque ese espacio vacío lo hubieras percibido antes, porque la vida es así de caprichosa, es ahora cuando lo notas. Y es verdad que ese espacio ya no se llena.
“Queda un tizón encendido”.
Quedan los recuerdos, las andanzas, las aventuras, las barbaridades de una juventud pasada, bellas barbaridades que nunca fueron catastróficas, porque en el fondo no había maldad. Pudiera haber algo de inconciencia, pero nada más.
“Que no se puede apagar”.
Claro que no se puede apagar. Quien apaga el recuerdo de aquellos años, quien apaga la alegría, quien apaga las diabluras de la edad, quien apaga sus diabluras…
“Ni las aguas de un río”.
Ni un río, ni un océano. El tizón encendido, es el recuerdo, es la luz que nos queda para poder tener siempre en mente, que pasamos por aquellos tiempos con amigos, con los que seguimos estando, con los que seguimos discutiendo, con los que seguimos riéndonos, con los que seguimos divirtiéndonos, con los que llevamos toda una vida. Aunque ésta a veces se pare antes de tiempo.
¡!Pero que estoy haciendo!!. ¿Melancólico y triste?. No hombre no, de ninguna manera. ¿Era triste y melancólico el amigo que se fue?. Nada de eso, todo lo contrario. Era alegre y… vaya si lo era. Tan alegre que seguimos riendo con sus cosas al ver el “Tizón encendido”.
Amigo Alberto Cortes, tu canción es preciosa, muy bonita, no me canso de oírla. Pero ahora  mismo voy a buscar otra en mi discoteca que hable del “amigo que se queda”.
Seguro que la encuentro. Porque tu amigo a lo mejor se va...  pero el nuestro se queda.